“Un verdadero emprendedor no es un soñador, es un hacedor”, Nolan Bushnell, Cofundador de Atari.
De los años que tengo en trabajar en emprendimiento, he identificado un padecimiento bastante común en los emprendedores del ecosistema nacional, y es lo que voy a llamar el síndrome del “ideador eterno”. Es normal encontrarse con varias personas que pasan meses y hasta años diseñando productos y planeando su modelo de negocio, analizando escenarios y participando en concursos. Sin embargo, también es muy común ver cómo esas personas nunca aterrizan, y aparecen otros competidores que se lanzan primero al mercado.
Cuando esto ocurre, es muy común que los emprendedores se desanimen o pierden el ímpetu, lo cual termina por matar el proyecto sin ni siquiera haber nacido. Sin embargo, uno debería recordar que lo importante no es llegar primero, sino saber llegar. En muchas ocasiones estamos ante mercados suficientemente amplios que permitan la participación de varios oferentes. El factor crítico aquí, es generar más valor y tener una estrategia comercial apropiada.
Hay varios aspectos de los cuales nos debemos cuidar, para no padecer del síndrome del “ideador eterno”:
¿Cómo podemos evitar padecer del síndrome de “ideador eterno”?
En mi opinión hay varias pistas que podemos tomar del método Lean Startup (metodología que usamos en AUGE), y otras cosas que hemos aprendido en la comunidad emprendedora:
Considero que al menos con esos elementos antes mencionados, los emprendedores pueden encontrar una guía, ser más ejecutivos y pragmáticos. El emprendimiento no es algo que suceda en el papel, en los canvas, o en los concursos. Es algo que realmente está ocurriendo cuando salimos a atender el mercado.
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