El 2020 fue seleccionado por la Universidad de Costa Rica como el año de la Salud Mental, debido a la urgencia que ha adquirido este tema no solo en la población universitaria sino a nivel global. Por ejemplo, según indicó esta institución, para 2018, “la depresión está entre las primeras diez causas de consulta en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y ocupa cerca del quinto puesto de las incapacidades que se otorgan”.

Irónicamente, los últimos meses han traído -debido a la pandemia- una extrema agudización de retos que han afectado directamente la salud psicoemocional de millones. 

La incertidumbre, la recesión económica y el impacto de no poder ver a nuestros seres queridos debido al confinamiento, han aumentado los niveles de estrés, depresión y ansiedad en personas alrededor del mundo. 

Esta realidad ha afectado de manera particular a las personas emprendedoras. Ya hace un par de años, Guy Tolhurst, el reconocido empresario del sector financiero, expuso al mundo su experiencia con los ataques de pánico que atribuye a las excesivas horas de trabajo que él, como muchos emprendedores, le dedica a su vida laboral. 

“No somos a prueba de balas porque nos convertimos en emprendedores”, aseguró, mientras recomendó que los emprendedores se permitan cruzar la línea estrictamente profesional y se atrevan a hablar más de lo que los aflige y el balance entre vida y trabajo.

Como aseguran Patricia e Italo Piazzolante en Forbes (2020), “ahora más que nunca es necesario dotar a las personas de recursos que les permitan afrontar un mundo mucho más incierto y complejo. Las instituciones, los gobiernos, las empresas y cualquier otro grupo o comunidad son responsables de que esto se pueda llevar a cabo”


Por eso en AUGE trataremos durante octubre el Mes de la Salud Mental, con algunos consejos, así como conversaciones con personas expertas que pueden mostrar una perspectiva más amplia y acertada sobre el tema.

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